¿Listo para avanzar?

El cambio no sucede por accidente; requiere desearlo y hacerlo intencionalmente. Todos queremos alcanzar nuestros sueños y metas, ser saludables, felices y llegar a ser más como Dios desea que seamos, pero el primer paso es desearlo y elegir caminar en esa dirección.

Es fácil pensar que solo debo esperar en Dios; pero la realidad es que Él está esperando que tú tomes el primer paso para crecer. Necesitamos soltar todo lo que nos ata al pasado que nos mantiene estancados e infelices. Quizá sea alguna ofensa, pérdida, falta de perdón, amargura, actitudes de los demás que nos lastiman y nos mantienen en un estado de incomodidad. El cambio requiere dejar atrás el pasado y abrazar el presente independientemente de lo que estemos viviendo.

La Biblia nos recuerda en Efesios 4:22 que debemos “despojarnos de nuestra antigua forma de vivir”. Solo así podremos recibir lo nuevo que Dios tiene para nosotros.

La mayoría del tiempo el cambio requiere esfuerzo y hay dolor de por medio; la incomodidad proviene del miedo a lo desconocido, pero también puede ser positivo y enriquecedor. No todos los cambios son dolorosos; algunos nos permiten crecer y encontrar satisfacción y estabilidad.

Si quieres crecer, necesitas ser valiente y soltar lo que te impide avanzar. No estás solo en este viaje. La gracia de Dios está contigo para ayudarte. Pídele que transforme tu vida. Sin minimizar tus sentimientos, piensa de esta forma: lo que me pasó en el pasado ya no lo puedo cambiar; Dios tiene mejores oportunidades para mí.

Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el SEÑOR—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.” Jeremías 29:11 NVI

Este versículo nos recuerda que los planes de Dios para nosotros están llenos de esperanza y bienestar; por lo tanto, viviré el presente y no me afanaré por mi futuro. Decido hoy confiar mi vida completa en sus manos porque sé que me ama y tengo su respaldo en todas las áreas de mi vida.

Previous
Previous

La verdad que transforma

Next
Next

Para Dios no hay nada imposible